[Clarin, 15/08/11] Graciela Dufau y Hugo Urquijo: matrimonio y algo más

Graciela Dufau y Hugo Urquijo: matrimonio y algo más
Entrevista. A dúo Llevan 27 años juntos, y ahora comparten la dirección de “Eva y Victoria”, obra que ella protagoniza junto a Andrea del Boca. Aquí, los secretos de una armonía duradera.

* 15.08.2011 | Por Sandra Commisso scommisso@clarin.com

[Clarin, 15/08/11] Graciela Dufau y Hugo Urquijo: matrimonio y algo más COMPARTIMOS-MAESTROS-JUVENTUD-FORMAMOS-SIMILARES_CLAIMA20110815_0036_19

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Una pareja elegante. Esa podría ser la definición para la dupla que componen Graciela Dufau y Hugo Urquijo, marido y mujer en la vida, y colegas y socios en el escenario. El proyecto que ahora comparten es la codirección de la obra Eva y Victoria que Dufau también protagoniza (como Victoria Ocampo) junto a Andrea del Boca (Eva Perón) y que están llevando de gira por teatros de todo el país antes de presentarla en Buenos Aires, en noviembre.

Elegancia, sí, y también confianza es lo que se percibe en la charla entre ellos: se ceden la palabra sabiendo que el otro es el complemento exacto en el decir y en el hacer. Y así funcionan desde hace 27 años. Por eso, cuando este proyecto empezó a gestarse, aunque Urquijo no formaba parte de él, terminó incluido naturalmente como eslabón fundamental. “La adaptación de la obra original de Mónica Ottino, es de Graciela, casi por completo”, cuenta Urquijo. “Ella empezó el proyecto original como directora, y Nora Cárpena iba a interpretar a Victoria. Así que avanzó mucho en la investigación sobre las personas, porque en este texto hay personas y personajes que implican una responsabilidad enorme. Hay ficción, pero a partir de personas reales; por eso la investigación fue muy importante”.

Pero, finalmente, Graciela, pasaste al escenario...

Dufau : Sí, Nora Cárpena se bajó del proyectos por cuestiones personales y yo asumí el rol de Victoria. Así que decidí, junto a los productores, convocarlo a Hugo y encarar juntos la dirección. Yo ya venía trabajando en la investigación, con pilas y pilas de libros y también con testimonios cercanos, como el de la sobrina de Victoria y la sobrina nieta de Evita. Pero era muy complicado hacer las dos cosas a la vez.

Urquijo : Cuando ella pasó a hacer el personaje, yo le propuse que no dejara la dirección porque ya había avanzado mucho con el trabajo. Finalmente, decidimos hacerlo juntos. Sucede que actuar y dirigir a la vez es extenuante, muy difícil, es una tarea imposible.

En la obra se recrea un encuentro ficticio entre las dos mujeres, y allí se pone de manifiesto la diferencia de los mundos de los que provienen. “En realidad, se trata de dos encuentros; uno en 1947 y otro, años más tarde, poco antes de la muerte de Eva. Y le agregué una narradora (que interpreta Charo Moreno) a esta historia que intenta mostrar lo que Victoria y Eva tenían en común, más allá de los abismos que las separaban” dice Dufau.

Urquijo: Teatralmente, es muy interesante, porque los espectadores se sienten como en medio de un partido de tenis en el que la pelota va y viene. Ellos tomarán partido de un lado o del otro, pero ojalá que muchos se dejen sorprender, que la obra sea como un espejo que lleve a reflexionar. Las dos eran mujeres muy fuertes y muy temperamentales, y eso permite que las actrices saquen también su temperamento. Al mismo tiempo se atisba un dejo de ternura entre ellas dentro de esa situación que era muy “blanco y negro”. Viniendo al presente, yo apelo a la tolerancia, al encuentro y a respetar las opiniones del otro.

Ustedes ya trabajaron juntos en varias ocasiones, ¿cómo es la experiencia? Urquijo : Siempre hemos trabajado juntos. Al principio, los dos como actores dirigidos por un tercero o Graciela actuando y yo dirigiendo. Esta es la primera vez que codirigimos, y está resultando muy fluido. Después de 27 años juntos, tenemos un criterio respecto del arte y del teatro muy similar. Compartimos los mismos maestros de la juventud, nos formamos en una misma escuela y vemos desde ángulos similares, lo cual no quiere decir que veamos lo mismo. La complementariedad es muy interesante.

Dufau : Cierto, coincidimos, aunque yo soy un poco más “patotera”; en cambio él tiene un tono más profundo. A mí me da mucha ternura, porque yo suelo despertarme a las 3 de la mañana con alguna idea y él, muy caballero, me dice: “ No querida, ahora no, ahora no ”. (risas).

El hecho de que, además de ser director, sea médico psicoanalista, ¿aporta algunas ventajas al trabajo del actor? Urquijo: Es una segunda naturaleza de la cual, a veces, me olvido. Pero está ahí.

Dufau : Eso aporta una gran contención no sólo como director sino también desde otro lado.

Urquijo : Yo, a veces, puedo proponer ejercicios muy audaces desde el punto de vista psicólogico, pero no les tengo miedo, porque sé que puedo atajar lo que venga. Y valoro la audacia en el actor, que es quien se lanza a probar.

Dufau: Uno, como actor, tiene que saber, siendo que el instrumento es uno mismo, hasta dónde puede ir y en qué zonas meterse y en cuáles, no. En el caso específico de estos personajes, eso también ayuda para no caer en la imitación y evitar los estereotipos.

La confianza que todo actor debe depositar en un director, en el caso de ustedes, es aún mayor.

Dufau : Claro, yo tengo una confianza extra en él. Hugo, en pijama, puede montar una obra de teatro. Por eso lo busqué.

Graciela se declara muy celosa de su marido, de sus hijos, de su nieta. Y también, miedosa. En su trayectoria, probó clásicos en el escenario (algunos de la mano de su marido) y también otras historias como la que Gabriel García Márquez escribió especialmente para ella, Diatriba de amor contra un hombre sentado . A la elegancia y la confianza que comparten, hay que agregarles un fino sentido del humor y una admiración mutua.

Hacer la obra en el interior del país antes de presentarla en Buenos Aires, ¿los predispone de otra manera? Urquijo : Buenos Aires tiene cierta ferocidad, algo de ruleta rusa que se juega a todo o nada. Por eso me gusta la idea de poder llegar después de haber pasado por una experiencia como la de recorrer el país; no tener en las espaldas la responsabilidad como director frente a los productores de que un espectáculo se juegue su permanencia en los primeros días. Hay obras que necesitan su tiempo, encontrar su público.

Dufau : Estoy de acuerdo. Pero además, yo observo que en Buenos Aires toman los estrenos de manera más banal, están más pendientes de las celebridades que de la obra. Así que recorrer el país antes, es otra forma de llegar.

Urquijo : A mí me interesa destacar algo: es interesante la situación ficcional que propone la obra cuando Eva va a la quinta de Victoria porque quiere su apoyo para lograr el voto femenino. Ahí se ve lo fuerte que es la pertenencia de clase. El rechazo por parte de Victoria a esa propuesta muestra que la coerción social es muy fuerte. Y el principio básico de la ética es que uno trate a los demás como quiere que lo traten a uno. Es ahí cuando aparece la compasión y la consideración. En épocas en las que eso no se tiene muy en cuenta, tomar este texto es interesante desde ese punto de vista porque invita a reflexionar.

http://www.clarin.com/espectaculos/Graciela-Dufau-Hugo-Urquijo-matrimonio_0_536346369.html

En la piel de Eva

“La idea era ofrecer algo más allá de lo que todo el mundo conoce sobre ellas”, cuenta Andrea del Boca (la otra protagonista de Eva y Victoria ) sobre los personajes emblemáticos que aborda la obra de Mónica Ottino. Lejos de sus clásicos y recordados roles en las telenovelas, esta vez, la actriz tuvo que ponerse en la piel nada menos que de Eva Perón. Quien eligió a Del Boca para el papel fue la propia Graciela Dufau. Ambas habían trabajado juntas cuando Andrea tenía apenas 4 años. Ahora, sus personajes las ponen frente a frente en mundos antagónicos. “A pesar de sus enormes diferencias, ellas coincidieron en la lucha por los derechos de las mujeres”, dice Del Boca.

Según cuenta, en la investigación que encaró para preparar su papel, se encontró con una Evita con mucho sentido del humor y, por otra parte, descubrió a una Victoria Ocampo que decía malas palabras y se enfurecía con facilidad, pero también, fugazmente.

“Las dos fueron mujeres de una enorme convicción y de personalidades arrolladoras, a pesar del abismo que las separaba”, afirma. Para su rol, Andrea cambió el color de su pelo y se entregó al gran desafío de interpretar a Eva.

http://www.clarin.com/espectaculos/piel-eva_0_536346372.html

Cantidad de envíos : 1662 Fecha de inscripción : 17/10/2010

Haaaaay me emociona estoy sencible el sabado voy a ver la obra no lo puedo creer !!!!!!!!!!

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Haaaaay me emociona estoy sencible el sabado voy a ver la obra no lo puedo creer !!!!!!!!!!